Cómo diseñar una oficina en casa que aumente la productividad
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Si trabajas desde casa necesitas un espacio funcional, cómodo y agradable. Diseñar una oficina en casa no es solo colocar un escritorio y una silla, es crear un entorno que favorezca la concentración sin renunciar al confort ni a tu estilo personal.

Como interioristas, sabemos que el entorno condiciona nuestra forma de trabajar. Por eso, en este artículo te mostramos cómo un buen diseño interior puede marcar la diferencia entre trabajar y rendir de verdad.

 

Ergonomía: mucho más que una buena silla

La comodidad no es negociable cuando pasamos muchas horas al día sentados frente al ordenador. Pero la ergonomía no es una cuestión únicamente de mobiliario, es el diseño del espacio que permite o impide una postura saludable.

Como interiorista, tengo en cuenta ciertos aspectos clave:

  • Altura y profundidad del escritorio en función del tipo de ordenador (portátil o sobremesa).
  • Ubicación de la pantalla o pantallas: idealmente a la altura de los ojos y a un brazo de distancia.
  • Espacio libre para las piernas que permita el movimiento.
  • Distribución de los puntos de luz y las tomas de corriente para evitar sobrecargar la vista con cables y mantener la organización.
  • Trabajar no puede interferir con el paso o el uso del resto de espacios de la casa.

 

Es muy importante tener presente que una oficina bien diseñada reduce la fatiga, mejora la postura y evita lesiones, especialmente en cuello, espalda y muñecas. Por eso cuando proyecto una oficina, ya sea en casa o en un espacio corporativo, tengo en mente las implicaciones en el bienestar físico.

 

Colores, materiales y luz también influyen en el rendimiento

La neuroarquitectura y la psicología del color nos enseñan que el entorno modifica nuestro estado mental y la capacidad de concentración, aunque no lo percibamos conscientemente.

  1. Los tonos neutros, naturales y fríos favorecen la concentración sin generar fatiga visual.
  2. Las texturas suaves y los acabados mate aportan calma y evitan distracciones.
  3. Las maderas claras, los textiles naturales, las plantas y los elementos táctiles dan calidez sin sobrecargar.
  4. La iluminación artificial debe ser regulable, con una temperatura de color de entre 4000K y 5000K para simular luz natural sin exceso de frialdad.

También podemos recurrir a materiales acústicos absorbentes como moquetas, paneles o cortinas gruesas que nos ayuden a mantener el confort sonoro adecuado, especialmente en viviendas con más de un ocupante.

 

¿Y si no tengo espacio para un despacho?

No todas las viviendas disponen de una habitación extra para destinar como despacho independiente. En esos casos es necesario un buen diseño que permita integrar una oficina funcional en espacios compartidos, como:

  • Frentes de salón o dormitorio con escritorios ocultos o integrados. 
  • Pasillos anchos que permiten instalar zonas de trabajo discretas. 
  • Zonas de paso rediseñadas con soluciones a medida. 
  • Cocinas abiertas donde el mobiliario incluye una extensión pensada para trabajar, como lo haría una empresa de reformas de cocinas en Boadilla. 

La clave está en adaptar el espacio a la rutina real del usuario, sin forzar soluciones estándar que no funcionarán a largo plazo.

Como interiorista, puedo ayudarte a diseñar una oficina en casa que te acompañe en tu rutina diaria, mejore tu productividad y se integre con el estilo de tu hogar.

Contáctame y diseñaremos juntos tu nuevo espacio.

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